Anoche me enteré que al libro "Mañana viene mi tío", que escribí y dibujé en 2011 y fue publicado por Ediciones del Eclipse a fines de 2014, le dieron dos reconocimientos: el premio a Libro Álbum y el Gran Premio ALIJA, ambos otorgados por la Asociación de Literatura infantil y Juvenil de la Argentina (ALIJA).

Estuvo bravo para dormirse.

Uno no trabaja para los premios, trabaja por y para otra cosa, pero si un reconocimiento llega, hay que celebrarlo. Tenía, tengo todavía, mucho para pensar, para reflexionar, recordar, agradecer, sentir. El honor que significan estos premios, por este libro, en relación a mi trabajo, a mi vida, a mi historia personal, es mucha cosa junta. Alguna vez, pensando en el libro y sus porqués (más allá de la urgencia que me hizo pensarlo en un primer momento), encontré que esta obra resume todo lo mejor que podría hacer hasta este momento. Suena a mucho, pero es así. Está el ejercicio profesional, el aprendizaje dentro de una disciplina determinada, la definición política y filosófica, el deseo personal puro, el reflejo de cierta parte de mi vida, todo eso junto. 

Pero me cuesta decir "mi libro" con esta obra, porque tiene una dedicatoria y por tanto una razón de ser muy particular, específica. Este libro fue hecho como una herramienta de militancia, de lucha, fue bocetado en un día de mucha rabia y tristeza. Por eso fue tan difícil dormirse y es tan complicado escribir este texto, que es de agradecimiento, pero también de puesta a punto a propósito del libro (desde que sabía que por fin se iba a publicar, estaba pensando en que en algún momento, querría escribir y publicar algo, no explicativo, sino complementario a la obra, y esto de los premios da una buena oportunidad).

Este libro es para todas las personas quienes, a causa de las dictaduras militares, nunca pudieron llegar. Y es para quienes siguen, seguimos esperando a la gente querida que falta. Y que siguen, seguimos, pidiendo Verdad, Justicia y Memoria.

Los días siguen pasando. Los años siguen pasando. Se nos van muriendo las personas que esperan y piden, y las personas que saben y se callan. Ya sabemos que es difícil conseguir la verdad, y mucho menos la justicia, que hay una orden de silencio, y una práctica política, demostrada en los hechos, de hacer más bien poco, de no mover el estanque, de dejar que la cosa se hunda de a poquito.

El dolor, la injusticia, la mentira sigue, pero por eso mismo la lucha sigue, para que la memoria siga viva. Porque ya se sabe lo que pasa con los pueblos y las personas sin memoria.

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Tengo que agradecerle a varias personas en particular, cosa que voy a hacer en privado, pero también tengo ganas de publicar sus nombres, por el apoyo y el cariño que me dieron para poder hacer y publicar este libro.

A Eugenia, Rafael, Gabriela, Aldo, Soledad, Lía, Alfredo, Istvansch, Matías y a mis viejos, gracias.

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Éstas son los primeros apuntes para el proyecto de libro. 
Fueron hechos el 20 de mayo de 2011, durante la Marcha del Silencio.



El libro no hubiese existido en la forma en que existe si no hubiese conocido éste otro libro, "La línea", de Beatriz Doumerc y Ayax Barnes





Fragmento del comunicado de ALIJA (el documento completo se puede ver acá).

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