Diario, nº 150 (año 2013, volumen 1).


Tengo la intención de que estas publicaciones, más o menos diarias, sirvan tanto para compartir bocetos y apuntes que considero valen la pena ser publicados, y que a la vez me sirvan para ir llevando una especie de diario abierto con retraso, es decir, que siendo cosas dibujadas y escritas hace unos años, reflejen lo que pienso o me pasa o me interesa hoy, ahora, acá.

Hace un rato leí que Luisa Cuesta se está muriendo. Que es cosa de días, nomás. Es decir, no leí eso exactamente, pero es lo que cualquiera más o menos enterado del tema sabe, podría prever, sabe que va a pasar. Y publicar algo hoy se me hizo difícil. Encontrar algo, entre las libertitas ya escaneadas, que refleje lo que quiero decir hoy, es imposible. Por eso elegí esta imagen, pero sobre todo, por eso escribí este texto. 

Vamos a seguir buscando la verdad, exigiendo justicia y haciendo memoria, por supuesto. Pero vamos a estar un poco más solos.

(Si usted no sabe quién es Luisa Cuesta, puede buscar algo de información usando este mismo navegador de internet. Queda en sus manos y sus ganas).

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